Por: Raquel Preciado, Psicoterapeuta
¿Te controlan tus emociones?
¿Viste la película “Intensamente”? Seguro te reíste (es muy divertida), pero al mismo tiempo pensaste: “¿Acaso todo eso sucede en mi interior?” ¡Wow, qué enredo!
Pues sí, efectivamente, todo ese enredo, confusión, control o descontrol, sucede constantemente en nuestro interior y la mayoría de las veces, dejamos que nos manejen esas emociones porque no las entendemos o no sabemos ni que es lo que nos pasa.
Pues bien… es hora de enterarnos. La alegría, la tristeza, el desagrado, el miedo y la furia son, diríamos, las emociones “primarias”. Ellas se producen automáticamente, más bien las produce el cerebro a través de la emisión de hormonas cuando decide que ellas se necesitan, ya que son vitales para nuestra supervivencia.
La alegría es automática, desde niños actúa (a través de las hormonas del bienestar) y nos hace reír y disfrutar de los momentos y situaciones más sencillas.
A medida que crecemos y las circunstancias a nuestro alrededor se nos complican, aprendemos y nos damos cuenta que:
• Tenemos miedo.
• Estamos furiosos.
• Queremos vomitar del asco.
• O que sencillamente estamos tristes.
En otras palabras, empezamos a vivir y nuestro cerebro nos quiere ayudar a través de estas 5 emociones. “¿Ayudar?... dirían ustedes… ¿cómo?” Bueno, todas son necesarias y útiles. Si las conocemos y sabemos usar, nos ayudan a salir de problemas o hasta nos enseñan a manejar la situación. A veces, llorar nos hace tocar fondo y después logramos ver con claridad lo que nos pasó.
El miedo es imprescindible, nos ayuda a ver los peligros y tomar decisiones que podrían ser hasta de vida o muerte.
El desagrado nos permite huir de situaciones desagradables para evitar caer en cosas peores. Por ejemplo: es desagradable caminar en un pantano, y si insistes, puedes hundirte sin poder salir.
La furia es causada por esas hormonas que nos hacen enojar pero que también nos permiten sobrepasar situaciones y, con ello, crecer. ¿Cuántas veces al enojarnos tomamos fuerza y logramos hacer aquello que no nos atrevíamos? Por ejemplo: salir de una situación en donde nos hacen sentir de menos, no escuchados o desvalorizados.
Entonces se preguntarán ustedes: “¿Dónde quedan las otras emociones? ¿Qué no existen la ansiedad, el odio, la traición, el terror, el éxtasis… por ejemplo?” ¡Claro! Ellas y otras más existen, pero son la combinación de varias. El cerebro humano (también el animal) está diseñado para ayudarnos a sobrevivir y para que logremos salir de los problemas a los que nos enfrentamos.
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